EL SACRIFICIO DE SU MADRE LO LLEVÓ A CREER EN EL BÉISBOL

Detrás de la lomita también hay una vida que contar… Bryan Solano de niño se paseaba por la arena de Cieneguita y agarraba el bate y la manilla sin conocer lo que le depararía el destino. Disfrutó de cada “mejenga” de pelota en la playa y luego se incorporó a los campos de juego en Limón. Estuvo en todas las posiciones, pero lo que más le atrajo fue ser pitcher, un puesto difícil que te hace reír o llorar tras un encuentro. No tuvo temor y fue mostrando su brazo.

“Recuerdo que inicié en el béisbol a los 11 años, primero jugando en la playa, luego tuve mi primer entrenador Rikcy Lackwood. Probé en diferentes posiciones, pero realmente lo que me gustaba era lanzar”, destacó Solano.

Su padre murió hace 14 años, por lo que la figura materna fue la que lo crío y le dio todos los valores para ser una buena persona. El esfuerzo de su madre por sacar adelante la familia lo hizo madurar desde muy pequeño.

“No fue fácil por la muerte de mi papá, tengo tres hermanos, soy el menor y mi madre se hizo cargo de todo y siento que eso es lo que me impulsó a abrirme caminos en este caso en un deporte que amo como el béisbol”, afirmó Solano, quien dejó a su familia desde hace año y medio para vivir en Nicaragua.

“Es duro, pero si uno quiere llegar lejos hay que sacrificarse y trabajar fuerte”, acotó.

El novel pitcher limonense reconoció que viene lo más duro, mantenerse en los Astros y jugar algún día en las Mayores.

“La clave del éxito hasta el momento ha sido ser perseverante y dedicado en lo que hago, esto es un trabajo y hay que tomarlo con seriedad y responsabilidad. Mis entrenadores en Nicaragua me han dicho que debo cuidarme y seguir trabajando", finalizó.

 

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