ANTHONY FAGE: EL GUANTE NEOYORKINO

Ser firmado por una organización de Grandes Ligas se volvió obsesión para Anthony C. Fage, quien a sus 16 años logró que los Mets de Nueva York lo llevaran a sus filas (2002-2005) y se convirtió en uno de los ticos más jóvenes en pertenecer a las divisiones menores de un equipo de gran envergadura.                                        

“No paraba, lo mío era el béisbol todo el día, dentro y fuera de casa, hasta me ponía delante de los espejos para practicar mi swing y la reacción de tiro a segunda para agilizar la salida de la bola del guante”, son los primeros recuerdos que se le vienen a la mente a Fage cuando habla de la pelota chica.

Su abuelita también es responsable del salto que dio Anthony porque pagó a “coaches” cubanos y nicaragüenses para que lo terminaran de formar. “Ella se sacrificó por mí, pude entrenar entre semana en La Sabana, me ayudó en ese sueño que tenía de firmar por Grandes Ligas. Son recuerdos que me gustaría volver a vivir”.

Como receptor estuvo en los Mets por tres años y compitió en la “Rookie Venezuelan Summer”. Sus compañeros de equipo en Venezuela no podían creer que un tico jugara béisbol.

“Sin mentirte me decían ‘pensé que allá solo jugaban fútbol’. Tenía en mi cuarto compañeros de Colombia y Guyana y lo que nos importaba era marcar diferencia y no que nos criticaran por ser países de poca tradición”, apuntó Fage, hijo del gran escultor y fundidor alajuelense del mismo nombre.

Anécdotas hay muchas, pero Fage tiene su preferida: “Mi primer juego de temporada contra los Filis de Filadelfia fue inolvidable porque abrí en la receptoría, me fue bien a la defensiva que era mi fuerte. En un intento de robo a segunda fue ‘out’ y otro corredor abriendo en primera lo saqué ‘out’ también. Al bate no me fue tan mal de 3-1, un hit, pero no me ponché. Ese día al final del partido el jefe de los scouts de los Mets, Gregorio Machado me regaló un guante y me dijo: ‘tienes brazo de Grandes Ligas y vas a llegar ahí si tú lo quieres’. Me dio una sensación tan rica que me acuerdo como si fuera ayer”.

A pesar de que en lo deportivo le iba muy bien, en la parte social el receptor nacional debió pasar por acontecimientos poco gratos en territorio venezolano. Le tocó ver explosiones de coches bomba por las manifestaciones en contra de Hugo Chávez y fue asaltado junto a un compañero tras cenar en un restaurante.

Aun cuando su sueño era avanzar a otra liga Fage vivió un trago amargo, lesión del menisco anterior. “Era mi mejor momento y un juego de exhibición en Nicaragua con hombre en tercera pedí una curva a mi lanzador y pues fue contra la tierra y al bloquearla me lastimé el menisco, tuve una ruptura grado dos y ahí la historia cambió para mí”, relató el nacional.

Según Fage “si hubiera esperado un poco más antes de firmar quizás hubiera sido mejor porque la lesión me afectó mucho, ya que sentía la diferencia y mi rodilla nunca fue más la misma”.

Fage tiene 30 años, vive en Canadá desde hace una década, juega en la liga latina de Softbol en Toronto con los Oshawa Dodgers. Es de los jugadores que pese al pasar del tiempo deja su uniforme listo un día antes del juego como en la época de niño. Para jugar usa rodillera, pues ha experimentado dos artroscopias, una realizada por los Mets y otra por su equipo en Canadá.

 

 

 

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