AMOR ETERNO POR LA PELOTA.

Bokenfohr recibió merecido homenaje en la pasado fin de semana en La Sabana

En el 1963 nació la pasión y las ganas de jugar béisbol para Bernard Bokenfohr, 100 % tico de padre norteamericano, quien lo impulsó a practicar esta bella disciplina deportiva.

La inclinación por el béisbol fue inducida gracias a un radio que tenía su padre y podía captar alguna emisora de los Estados Unidos, y así escuchar algunos juegos de las Grandes Ligas o el Big Show.

El Parque Metropolitano La Sabana fue testigo del inicio de esta pasión que hoy en día se mantiene más vigente que nunca, siendo este recinto deportivo conjuntamente con un campo ubicado en el Barrio Don Bosco, los escenarios perfectos para que Don Bernard demostrara sus destrezas.

13 años era los que tenía Bernard en ese momento, y no fue precisamente con esa edad si no que tuvo que esperar al año siguiente para hacer formal su inscripción en la Pequeña Liga de pelota ubicada en La Sabana.

Luego se hacer formal su ingreso en la liga y estar ejecutado la disciplina de manera constante hasta los 16 años, fue llamado a representar a Costa Rica en una serie ante Nicaragua logrando uno de los pocos triunfos históricos ante los fronterizos.

1967 fue el año para hacer su debut en la Liga Mayor de Béisbol que tenía como escenario el Estadio Antonio Escarré Cruxent de San José, iniciando un periplo de 13 años consecutivos en el torneo.

A pesar de retirarse años después su amor por el juego seguía vivo, y fue en 1990 cuando se dio cuenta que este amor era para siempre.

“En ese año un amigo de nombre Mario Guzmán me convenció de jugar algunos partidos, y por supuesto acepté de inmediato, jugando unos 5 encuentros muy poco para mí, por lo que nuevamente tuve que esperar más tiempo para volver al terreno de juego”. Exclamó Don Bernard

Otra vez la ausencia de la pelota en la vida de Bernard se presentó, pero el destino se manifestó de manera contundente.

“En el año 2000 me invitaron a jugar béisbol en unos partidos para veteranos en el Escarré, pero tanto fue la influencia, que seguí ligado a esto buscando tapar la ausencia del béisbol con el Softball, y no me rendí”.

“Ya para 2010 aproveché la creación de la Liga Máster y hasta ahora no he parado de jugar pelota hasta la actualidad”. Finalizó el pelotero, quien cuenta con 70 años de edad y siente este deporte como su modo de vida. Además, todavía conecta unos cuantos imparables por juego y sigue activo.

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