Todos lo conocen porque es umpire nacional desde 2005 en torneos nacionales e internacionales, pero no saben que aparte de su pasión por arbitrar partidos de béisbol su faceta de padre no la cambia por nada, máxime que su hijo Diego desde muy pequeño se enamoró del deporte de la pelota chica.
Pero no fue fácil que Diego viniera al mundo, pues Vicente y su esposa tuvieron que correr y muy fuerte para llegar a buen puerto.
“Fue un nacimiento de muchos riesgos, apuros y nervios tanto para la mamá como para mí, se nos vino faltando una semana para los siete meses, pero gracias a Dios llegó y nos dio una gran felicidad”, recordó Vicente aquel momento cuando vio nacer a su retoño.
Vicente reconoció que la etapa de padre no en sencilla y sobre todo cuando hay que empezar a educar al pequeño. Ya a los 5 años Diego asistía a los partidos de béisbol “yo me lo llevaba los domingos cuando me tocaba arbitrar y claro ahí le fue entrando el amor por el deporte”.
Fue en el año 2014 que don Manuel decidió meter a su hijo en la Academia La Sabana, ya que había visto en él un gran deseo de superación.
“Hablé con Elpidio Serrano, Julio Torres y Yader Monge, ellos me le dieron la oportunidad y he seguido muy de cerca el proceso que ha llevado y me siento feliz de ver todo el progreso que ha tenido como beisbolista de liga menor y como adolescente”, apuntó Vicente, quien acotó que aparte de inculcarle principios y valores para que sea un buen ciudadano insiste mucho en la humildad y respeto en el beis.
“Yo siempre le hablo y le digo que sea humilde, que respete a los profesores, que sea disciplinado, responsable en sus quehaceres. Claro para eso yo le doy también mucha confianza, le enseño el amor por la lectura y lo motivo para que siempre dé lo mejor”.
Para Vicente es clave como padre enseñarle siempre con el ejemplo. Así que ese ejemplo que a lo largo de su trayectoria ha demostrado en el diamante como umpire ahora lo ve reflejado en su hijo de 14 años que corre feliz por el diamante.
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