Harry Fernández, quien fuese firmado por organizaciones de Grandes Ligas como los Azulejos de Toronto y los Marineros de Seattle a finales de los 90, además de jugar en la Liga de Japón, abrió su propia escuela de béisbol en Liberia, lugar donde reside. Empezó a sembrar la semilla en una Ciudad Blanca que a futuro podría por qué no darnos grandes beisbolistas. Incluso de esta zona es el pitcher Julián Bustos.
“La Academia se ubica en el Barrio Condega en Liberia, constantemente las personas me preguntaban que si enseñaba béisbol, es por ello que surgió la idea de empezar las clases de este lindo deporte. Las damos todos los sábados de 3 a 5 pm”, dijo Fernández.
Añadió que el biotipo de los chicos liberianos es interesante.
“Guanacaste es una zona de bastante potencial, ya que tiene influencia nicaragüense y su población está en crecimiento, muchos niños ven la necesidad de practicar otros deportes además del fútbol. Se cuenta con un biotipo de habitante bastante interesante para la práctica del béisbol a diferencia del Área Metropolitana”.
Fernández apuntó que su metodología de enseñanza es muy dinámica.
“La Academia se basa en el desarrollo de habilidades mediante juegos recreativos y pre deportivos (correr, batear, atrapar, tirar), salimos de lo convencional , ya que tratamos de que el niño y niña esté en constante movimiento mediante el juego y no sea una sesión lenta y tediosa”.
La Academia es para niños y niñas desde los 4 hasta los 12 años, el costo es de 15 mil colones mensuales. Cuenta con el apoyo del CCDR de Liberia y subcomité de deportes de Condega.
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