Qué tenían en común Manuel Vargas (qdDg), entrenador de Juegos Nacionales de San José, y el “Rey Midas”: que todo lo que tocaban se convertía en oro.
Desde el “dogout” Vargas forjó una gran historia, hoy convertida en leyenda y que para las nuevas generaciones será difícil de romper. Nadie como él ha logrado 14 medallas de oro en la fase final de béisbol de JDN con el gran detalle de que vistió una sola camiseta, la del comité cantonal de deportes de San José. Más de 20 finales a cuestas, un mánager que se ganó el respeto de jugadores y dirigentes de nuestro país. Las medallas siguen intactas en la casa de Ana, su hermana, a la vuelta del que por muchos años fue su cuartel, el Parque de Pelota Antonio Escarré.
“Todo lo que hizo Manuel fue un premio a la perseverancia en un deporte difícil, en un medio en que impera el gusto por el fútbol. Fue una persona entregada a este deporte, estudioso del mismo y era un magnífico estratega”, afirmó su hermano y compañero de mil batallas Rodrigo Vargas, quien ganó al lado de Manuel 9 oros.
Rodrigo resaltó que su hermano siempre estuvo pendiente del desarrollo integral de sus beisbolistas y nunca va a olvidar el día que le tocaron las puertas a la UIA para que los peloteros estudiaran.
“Manuel tenía mucho amor por el prójimo. Cuando tuvimos en conjunto Juegos Nacionales yo le manifesté que me preocupaba que los jugadores terminaban Juegos y se perdían. Nació la idea de hablar con Álvaro Pasos en la UIA, y nos adoptó formando la UIA Primera División, que aparte de 8 campeonatos en 10 años, por medio de la beca se graduaron 58 profesionales. Manuel tenía un corazón tan grande que aún jugadores contrarios e hijos de personas que abiertamente le adversaban disfrutaron y se graduaron con esa beca”.
En Juegos Manuel buscaba ser siempre ecuánime, no le gustaba para nada enojarse, aunque de vez en cuando se le subía el apellido y terminaba en la grada.
“Él era muy pausado, muy tranquilo y nunca ofendió a nadie, siempre tuvo frases de elogio para todos y nunca maltrató a jugador alguno. Eso sí de vez en cuando explotaba y salía expulsado, pero no pasaba a más”, apuntó Vargas, quien añadió que juntos vivieron momentos y anécdotas inolvidables.
“Por nuestra formación religiosa no somos aguizoteros, pero en una ocasión en la final en Santa Cruz y yo de mánager le dije, ‘voy a la rifa del home club (casa)’, frente a Alajuela y su entrenador era César Taño (qdDg). Gané la rifa y pedí ser visita. Los árbitros y mánager contrario se asombraron por la incorrecta decisión, pero Manuel me dijo ‘hay que hacer algo diferente’ y veníamos de tres finales consecutivas perdidas llegando invictos a la final (San Ramón, Pérez Zeledón y Limón). Cuando le dije lo que había hecho me respondió: ‘algo diferente pero no una locura’. Por dicha en esa primera entrada de visita hicimos 10 carreras y al final ganamos 22x1 a los manudos. Manuel me dijo al final: ‘sí que hiciste algo muy diferente'. Luego vinieron tres oros consecutivos”, recordó.
De la mano hasta el 2002
Rodrigo entró a Juegos como mánager de Santo Domingo y ganó oro en 1987, un año más tarde se unió a Manuel para tomar San José.
“Yo arranco en Juegos Nacionales a petición de Enrique Arce, presidente domingueño, quien me encomendó un grupo de excelentes jóvenes del cantón y ganamos la medalla de oro, por cierto Enrique me reclamó que les dejé una especie de maldición pues pasaron 20 años para que Santo Domingo ganara una medalla de oro. Luego, Manuel me habló para que tomara yo el grupo de San José que no había logrado clasificar, pues José María Zeledón le había eliminado en dos ocasiones, pero mi condición fue que lleváramos en conjunto como un solo cuerpo técnico. Los dos recorrimos juntos Juegos hasta el año 2002 cuando decido entrar a la Federación”, contó Vargas.
Tras los Juegos de Nicoya 2002, los Vargas toman caminos diferentes y es ahí donde llega Avilio Miranda como asistente de Manuel.
“Manuel fue una excelente persona, gran estratega, siempre se preocupó por los muchachos para que estudiaran, los guiaba, la verdad que muchos aún no asimilamos su partida”, dijo Miranda.
En noviembre de este año se cumplirán dos años de su partida a la Casa del Cielo, sin embargo, su espíritu deportivo aún ronda por el Escarré cuando se escucha a lo lejos el “playball” de Juegos.
Los oros de Manuel
Heredia 1988
Santa Cruz 1994
Puntarenas 1995
Desamparados 1997
Cartago 1998
San Carlos 1999
Pococí 2000
Icoder 2001
Nicoya 2002
San José 2007
Heredia 2008
Limón 2009
San José oeste 2012
Cañas 2013
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