LA DINASTÍA DE LOS HERNÁNDEZ: EN CASA MANDA LA PELOTA CHICA

Que en una misma familia haya dirigentes, jugadores y hasta entrenadores de béisbol no es obra de la casualidad. La sangre de la pelota chica corre por las venas del apellido Hernández y ligado a él muchas historias que identifican al béisbol costarricense.

La dinastía de los Hernández se ha ido transmitiendo de generación en generación iniciando por Doña Blanca Albertazzi (qdDg) que enamoró a su esposo don Fernando Hernández para meterlo de lleno en este deporte. Luego don Fernando se lo inculcó a sus hijos Fernando, Mario y Luis. Pero el bate y la pelota no murieron ahí porque Luis Hernández trajo junto a Marianella Narváez a tres varones peloteros por los cuatro costados y que están activos: Julián, Franco y Fabián… A ellos les tocará seguir con la tradición en un futuro.

Anotador, dirigente e historiador           

Don Fernando, toda una institución, llegó el lunes 19 Setiembre a 90 años edad. Un hombre reconocido, experto en la anotación de juego y fiel colaborador del béisbol en diferentes épocas de su vida. Lo que pocos saben es que a Don Fernando no le llamaba mucho la atención el “beis” hasta que su esposa lo convenció. Lo suyo era visitar los estadios de fútbol, pero con el tiempo y gracias a la presión de Doña Blanca terminó ayudando al legendario equipo Numar como secretario.

“Mi padre siempre nos reconoció que mi madre fue la responsable de que él se incorporara al béisbol, pues mi mamá pertenecía a un grupo de mujeres que se les denominaba ‘ala Femenina’ y que su función era ayudar a la junta directiva del equipo Numar BBC a evitar gastos porque los equipos viajaban a Limón a jugar y era costoso. Ellas hacían rifas, buscaban patrocinio y ponían a sus hijos de juntabolas”, aseguró Luis Hernández, hijo de don Fernando.

Hernández llegó a formar parte de la Federación como secretario y presidente y estuvo en diferentes comisiones. Un apasionado de las estadísticas del béisbol, con una gran memoria porque vio pasar a muchos jugadores por el diamante del Parque Escarré.

“Mi padre nunca jugó béisbol, pero siempre ha sido un gladiador y es para mí un ejemplo de superación constante pues él rompió paradigmas y hasta podríamos decir que ese temperamento que tiene lo llevó muy lejos como dirigente”, afirmó Luis Hernández.

Experiencia en Primera División

Luego los hijos tomaron la bandera, primero fue Fernando y Mario quienes jugaron en Dos Pinos, pero solo Fernando alcanzó Primera División.

“Mi padre me contó como anécdota que mi hermano Fernando fue seleccionado nacional en el Mundial de Béisbol que se jugó en Nicaragua en 1972. Recuerda que agarró un taxi del aeropuerto hacia el Estadio y le preguntó al taxista sobre cómo iba el partido y el taxista le dijo: 'un carajo llamado Fernando Hernández botó la bola con bases llenas y Costa Rica gana 4 a 0 a Nicaragua. Mi padre sintió un gran orgullo y le dijo al conductor que ese era su hijo. Cuando se bajó del taxi el chofer le dijo: ‘la carrera es gratis’. Un año más tarde mi hermano se enteró que el HR con bases llenas que conectó se lo había dado a Dennis Martínez, quien ya para esa época se le daba seguimiento a su carrera, en 1974 debutaría en Grandes Ligas”, recordó Luis, quien para esa época tenía 7 años.

Luis no se quedó atrás y también jugó béisbol.

“Sí estuve de Bat Boy en Numar BBC, Inicié las prácticas de béisbol con la escuela de Wilfredo Libby, para iniciar en el equipo de National, Santo Domingo Piratas, pero viví mis momentos más hermosos como jugador de la Universidad Nacional por muchos años. Fui jugador y estudiante. Aprendí de muchos entrenadores y ex jugadores como Harry Fernández, Félix Murillo, Rigoberto Morris, Miguel Masís, Juan Villalobos y muchos que marcaron mi vida. Nunca olvidaré el día que debuté, fue en el segundo inning por lesión del cátcher, la verdad me temblaban las piernas”, acotó.

Tras la fiebre como jugador Luis decide mantenerse ligado como entrenador de algunos equipos, colaborador de la Asociación de Santo Domingo y a través de un acercamiento con la Federación Costarricense de Béisbol -gracias a una invitación que le hizo el ex presidente Rodrigo Vargas- se incorpora como dirigente a la federación y Little League para lograr traer a nuestro país 2 latinoamericanos de béisbol menor en edades de 11-12 años y 13-14 años a través del Staff de Little League International.

La llama no se apaga

La dinastía continúa… Julián el hijo mayor de don Luis arranca desde los 5 años la práctica de la disciplina en la Asociación de Santo Domingo y detrás de él sus hermanos Franco y Fabián, los tres juegan en diferentes equipos de Santo Domingo y se abren camino en la nueva generación del béisbol nacional. Por ejemplo, Julián forma parte de la novena de Transtica Santo Domingo.

“Es un gran orgullo que hayan comprendido lo que significa la responsabilidad de practicar con disciplina un deporte para desarrollar mente sana”, afirmó su padre.

Luis considera que la tradición beisbolera se ha mantenido gracias a su padre Fernando porque él les ha transmitido a hijos, nietos y tataranietos todas sus anécdotas y fotos de diferentes pasajes del béisbol costarricense. Aún a sus 90 años va al Escarré a apoyarlos en los partidos.

El sueño de la familia es ver a los tres peloteros en la Selección Nacional defendiendo los colores patrios en torneos internacionales.

El béisbol es sagrado para los Hernández y es tema de discusión en la mesa.

“Sí claro tenemos muchas conversaciones y soy muy crítico, les transmito mis sugerencias en cuanto al trabajo realizado por cada uno de los juegos domingo a domingo, entre ellos se pican y comentan sus vivencias en los juegos. A la hora de nuestro almuerzo solo de béisbol se habla y hasta mi esposa que ha aprendido mucho a raíz de las situaciones de juego también da su punto de vista. Se ha vuelto como religioso”, finalizó Luis.

Más de medio siglo de historia y contando…

 

 

 

 

 

 

 

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